En el marketing digital es un término muy amplio. Existen cientos de definiciones de este concepto, y todas, tienen un mismo elemento común: el consumidor/usuario/cliente es el receptor de las actividades de marketing, y por tanto, es el punto de llegada de la actividad empresarial.

  • El primer elemento de distinción se refiere a la gestión del presupuesto: el marketing se nutre de estrategias para comprender el mercado con el objetivo de identificar las oportunidades que permitan a la empresa satisfacer sus necesidades. Creación de una marca fuerte, una importante inversión en publicidad y visibilidad, con perspectiva de que todas las acciones conduzcan a los resultados deseados.

Pero, las variables que intervienen como las dinámicas sociales, de mercado, consuetudinarias, financieras, tecnológicas, no se pueden predecir, ya que son elementos externos que influyen y pueden llegar a afectar  los planes.

El growth hacker, muy consciente de esto, apunta a una estrategia basada en pruebas continuas sin contar con grandes inversiones iniciales, más bien fragmentándolas y dando la oportunidad al negocio de invertir, probar, implementar y volver a invertir, probar, implementar, etc.

  • Otro elemento distintivo tiene en cuenta las fases del embudo o funnel de ventas: el marketing tradicional tiende a detenerse en los primeros pasos, mientras que el growth hacking continúa hasta el final, y trabaja para mantener a los usuarios dentro de nuestro sistema de ventas durante el mayor tiempo posible

El enfoque de growth hacking se encarga de acompañar al cliente durante la experiencia de compra, tanto para recopilar datos cualitativos y cuantitativos, como para retener y hojear a los usuarios objetivo, con el objetivo de convertirlos en clientes habituales.

Un cliente que vuelve a comprar es ciertamente más fácil de convencer que un lead frío: confianza, familiaridad y experiencia positiva, reducen los costes de inversión.

  • El fracaso, en el marketing digital, tiene una connotación negativa: la estrategia diseñada, que ha costado una importante inversión  tanto en términos de trabajo como económica, falla.

El growth hacking en cambio aprovecha este fracaso, ya que en base al criterio de High time Testing, donde el tiempo en el que se prueba una estrategia se acorta radicalmente, reduce drásticamente el coste y el fracaso no se convierte en una pérdida de dinero, sino en un aprendizaje en términos de conocimiento y crecimiento.

En definitiva, el growth hacking  no se aleja del marketing digital, sino que lo incorpora y expande a través de un protocolo específico basado en experimentos.

 

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