La comunicación empresarial puesta a prueba
En el área de la comunicación empresarial durante la pandemia que estamos viviendo, ha sido una verdadera prueba de la capacidad humana para adaptarse y reinventarse, hemos tenido que encontrar nuevas formas de llevar a cabo nuestra misión. En términos generales, las empresas han adoptado tres enfoques: algunas han continuado en la modalidad de “business as usual”, con una comunicación sin alteraciones por lo que estaba sucediendo; otras han cambiado drásticamente su estrategia, centrándose únicamente en el tema de la COVID-19; y otras han decidido reducir el flujo de comunicación durante este período, dando voz sólo a lo que se podía adaptar al momento, sin tratar de ser expertos en el tema de la pandemia, sino mostrándose sensibles a las necesidades de la sociedad y a todo lo que pudiera contribuir realmente a transmitir confianza y proximidad a sus clientes y socios.
En una situación de crisis, todo adquiere una enorme sensibilidad: Lo que hacemos tiene mucho más impacto y hay que tener en cuenta cada paso. Esta situación, muy diferente a todas las anteriores, nos ha enseñado mucho sobre cómo comunicarnos en tiempos de crisis y estas lecciones están aquí para quedarse. Más que una estrategia de comunicación efectiva, ahora, es más importante que nunca alinear todas las acciones con el propósito de la empresa y apostar por el compromiso con sus personas y con el resto del mundo, las empresas estarán más vigiladas, porque las personas están mucho más atentas a lo que hacen
Otro cambio importante que estamos viviendo es la necesidad de unificar la comunicación interna y externa, que adquieren la misma importancia. El ecosistema de una empresa está formado por sus empleados, clientes, socios y otros interesados, y es obligatorio comunicarse con todos, adoptando una comunicación transparente y una estrategia multicanal, que sirva a sus diversos propósitos.
Es el momento de invertir en la comunicación interna. Las empresas deben ser honestas con su gente y transmitirles mensajes claros y tranquilos; y ser optimistas, pero no inocentes: no es necesario suavizar el panorama, sino mantener una postura positiva y confiada. Es imperativo que todos sepan qué hacer y se sientan apoyados, incluso con el equipo a distancia.
En lo que respecta a la comunicación externa, es esencial escuchar atentamente las preocupaciones de las personas, no desde una perspectiva comercial o de ventas, sino para comprender lo que más les preocupa. Ahora tenemos que pensar en cómo podemos ayudar; es hora de servir y no de promocionarnos.
Por todo ello, el canal digital ha sido absolutamente esencial. Si había dudas sobre su importancia para la sociedad, esta pandemia las ha disipado. Con los medios saturados de noticias sobre el tema, lo digital se ha convertido en el único canal posible para permanecer activos.
En lo que respecta a la comunicación B2B en particular, la tecnología digital ha demostrado que las comunicaciones unilaterales han terminado: Las empresas deben ahora interactuar mucho más estrechamente con su ecosistema. Los clientes y los socios buscan conocimiento; quieren saber cómo mejorar sus capacidades, cómo ser mejores y qué hacer en tiempos difíciles; las empresas tienen que demostrar que pueden ayudarles a navegar por este nuevo mundo.
Afortunadamente, una de las ventajas de lo digital es la presencia en tiempo real: así podemos estar más cerca de nuestro ecosistema y evaluar las necesidades, siendo flexibles para adaptarnos cuando sea necesario.
Fuente: El publicista