Límites de la automatización de Marketing
Desde este blog hemos hablado en muchas ocasiones de los beneficios que tienen para cualquier empresa las herramientas que permiten automatizar ciertas tareas asociadas con las labores de Marketing, tanto a nivel B2C o B2B. Gracias a este tipo de aplicaciones, no es necesario realizar un seguimiento manual de estas tareas lo que permite aligerar la carga de trabajo y dedicar ese tiempo a otras actividades que aporten más valor.
El problema surge a la hora de determinar qué tareas pueden automatizarse y cuáles no. Existe una realidad indiscutible y es que, por el momento, los robots no pueden actuar siempre como lo haría un profesional, con criterio y experiencia suficiente para discernir si una acción es positiva o negativa para el devenir y reputación de una compañía. Si bien es cierto que gracias a la inteligencia artificial y sus continuos avances estas herramientas son cada vez más útiles hay labores en las que claramente todavía no han alcanzado el nivel suficiente como para realizarlas de forma independiente.
Y nos referimos especialmente a las disciplinas que afectan a los contenidos y los Social Media. Se trata de formatos y canales con unas características propias que hacen difícil su asunción por parte de una máquina. El principal valor que aportan los contenidos de una compañía a sus seguidores se puede ver totalmente perdido si una máquina simplemente recicla contenidos de terceros una y otra vez sin atender a su calidad y su capacidad de generar beneficio en los usuarios que los consulten o visiten.
Además, las reacciones que se producen en redes sociales ante marcas y contenidos pueden contener tonos y expresiones que se escapen a la capacidad de los robots. Y esto es un tema especialmente sensible en el idioma español ya que la ironía o el sarcasmo son utilizados con mucha facilidad modificando el sentido de cualquier discurso.
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Imagen: Entrepeneur