¿Conoces la web3?
Web3 es el nombre que algunos tecnólogos le han dado a la idea de un nuevo tipo de servicio de internet construido utilizando cadenas de bloques descentralizadas, es decir, los sistemas de registro compartido que utilizan criptomonedas como Bitcoin y Ethereum.
Packy McCormick, un inversionista que ayudó a popularizar la web3, la define como “una internet que es propiedad de los desarrolladores y los usuarios, coordinada con tókens”.
Los impulsores prevén que la web3 adopte muchas formas, como redes sociales descentralizadas, videojuegos “play to earn” (jugar para ganar) que recompensen a los jugadores con tókens criptográficos, y plataformas NFT que les permitan a las personas comprar y vender fragmentos de cultura digital. Los más idealistas afirman que la web3 transformará internet tal como la conocemos, ya que le quitará poder a los “gatekeepers”, o actores tradicionales, y le dará paso a una nueva economía digital sin intermediarios.
¿Qué paso aporta la Web3 con respecto a lo anterior?
La primera generación de Internet, hace más de 30 años, empezó con una explosión de páginas estáticas con las que no se podía interactuar (de sólo lectura). Luego llegó la Web 2.0, que tardó más de 10 años en perfeccionarse, donde los usuarios interactúan, dejan datos y vuelcan contenidos (lectura y escritura).
La Web3 se está gestando como una vuelta a un modelo descentralizado, pero abierto y confiable (lectura, escritura, valor y confianza). Tecnologías como Blockchain, que proporcionan inmutabilidad, confiabilidad y transparencia (gracias a técnicas criptográficas avanzadas), serán uno de los pilares de esta nueva generación de internet, en la que se pretende hacer a los usuarios dueños de sus propios datos, reduciendo la dependencia de las grandes tecnológicas, haciendo la red más segura frente a ataques y más confiable.
Ventajas de la Web3
Algunos expertos aseguran que se reemplazarán esas plataformas por protocolos abiertos y redes descentralizadas administradas por la comunidad. Además, se combinará la infraestructura abierta de la Web1 con esa participación de los usuarios que trajo la Web2.
Algo fundamental en la estructura de la Web3 es la tecnología blockchain. Esta permite crear «bloques» y formar cadenas de datos. De este modo, si la Web1 se basaba en hiperenlaces y la Web 2.0 en las redes sociales, la Web 3.0 asentará sus cimientos con el blockchain.
Se espera también que la Web3 permita a los usuarios tener acceso a miles de data centers en todo el mundo y, sobre todo, elegir quién guarda sus datos y cómo.
Dicen, además, que la Web3 será menos dependiente de los modelos comerciales basados en publicidad. De este modo, los usuarios tendrían más privacidad al no tener a grandes empresas peleando por conseguir sus datos y quedar libres de rastreadores y anuncios segmentados.
Fuentes:
(1) Eleconomista
(2)cincodias
(3)isdi.education